Si piensas subirte al octágono y librarte de las tripas del mundillo de las MMA sin saber hablar en el micrófono, estás más perdido que nunca. Henry Cejudo, un hombre que sabe bien cómo hacer retumbar el eco de su voz en el universo de las artes marciales mixtas, lo dice con claridad: muchos peleadores pierden oportunidades doradas porque no manejan el dichoso micrófono con la destreza que se requiera.
El ex-campeón doble de UFC no está pidiendo habilidades para el Stand Up Comedy. No, aquí de lo que se trata es de vender peleas, de crear intriga y suspenso con cada palabra como si se tratara de un rodillazo volador aguardando conectar. Como lo ve Cejudo, tener el poder de la palabra puede ser tan impactante como el puño de hierro más contundente.
El arte de hablar después de pelear es tanto parte del juego como el sparring mismo. Porque, como bien lo sabe el Rey Triple C, la jaula no solo testa la fuerza de los músculos, sino también la astucia de la lengua. Y aquellos que piensan que el trabajo termina cuando cae la campana, están equivocados. Cada entrevista, cada conferencia y cada post-encuentro es una nueva ronda de combate.
En un mundo donde las oportunidades para pasar al siguiente gran evento se esfuman más rápido que un gusano escurridizo, el maestro Cejudo nos recuerda que las habilidades con el micrófono son parte del repertorio esencial. Enganchar al público con carisma, intensidad y algo de picardía no solo mantiene vivo su nombre, sino que lo empuja a la cima de las listas de eventos.
Cejudo ha probado ser un arquitecto en esta disciplina del micrófono bien armado, con una lengua afilada como un cuchillo. Sabe que cada palabra puede ser tan peligrosa como un codo bien lanzado y, por eso, critica a aquellos que se pierden en los silencios donde las oportunidades deberían florecer. Porque para Henry Cejudo, la grandeza no solo se conquista a golpes, sino también a través de palabras cargadas de la pasión y la precisión que define este brutal deporte.
Así que peleadores, recuerden: no solo es cuestión de derribar con patadas y puñetazos. También hay que saber cómo hacerse oír en la confusión después del rugido de la pelea. El micrófono es otro oponente en el que debes sobresalir. Como decía Cejudo, entiende esa máquina infernal porque puede ser el puente a tu próxima gran batalla. La próxima vez que te enfrentes a las candilejas y al potencial que ofrece la voz, no dejes que la oportunidad se escape entre balbuceos inconexos. Habla, y hazlo fuerte, porque este juego no solo es de peleadores, sino de aquellos que saben hacerse escuchar.