Dricus Du Plessis, el sudafricano que anda dejando huella en el mundo de las MMA, ha lanzado una bomba en el universo del UFC al opinar sobre por qué no deberían programar un enfrentamiento entre Jon Jones y Tom Aspinall. Y no, no estamos hablando de cualquier opinión: Du Plessis ha dejado claro su punto con la precisión de un golpe bien ejecutado.
Para los que viven debajo de una roca, Jon Jones, esa bestia indomable que reina en los pesos pesados después de haber hecho historia como el campeón más joven de la división semipesada, parece inalcanzable por momentos. Con un físico diseñado para la destrucción y una mente que juega al ajedrez en el octágono, el enfrentamiento con Tom Aspinall, quien ha estado haciendo ruido en la división con sus nocauts destrozantes y su velocidad inusual para alguien de su tamaño, podría provocar terremotos. Pero, ¿es el momento adecuado?
Du Plessis tiene claro que no. Primero, pongamos el contexto donde debe estar: Aspinall viene de ascender como un cohete, destruyendo a sus oponentes y mostrando habilidades que le han valido comparaciones con los mejores. Sin embargo, Du Plessis opina que lanzarlo ahora contra el titán que es Jones podría ser un error estratégico. “Es como pedirle a un gallo joven que pelee contra un depredador experimentado,” dice Du Plessis. Y razón no le falta.
La estrategia y el juego mental son piezas clave dentro del octágono. Aspinall, aunque talentoso, todavía está en el proceso de maduración en esta jungla que es la UFC. Enfrentar a Jones ahora, con su capacidad cerebral para desmontar contrincantes antes incluso de que suene la campana, podría no ser la plataforma adecuada para el británico. Es esencial que se siga preparando con oponentes que lo fortalezcan sin quemar etapas cruciales.
Jones tiene un récord intimidante: 27-1 y una sola descalificación. Su arsenal es vasto, su adaptabilidad en combate es un monstruo difícil de enfrentar. Los fans quieren ver sueños de David contra Goliat, aunque Dricus enfatiza la importancia de utilizar los tiempos correctos para las subidas meteóricas. En este cruce, el momentum de Aspinall podría ser mejor utilizado contra estos colosos que están apenas un par de escalones por debajo, ajustando su técnica y resistencia mental para el día que inevitablemente se cruce con Jones.
No es que Du Plessis crea que Aspinall no tenga el potencial de pelear con Jones en el futuro. Su advertencia es más bien sobre construir una carrera estratégica y no dejar que el espectáculo del momento socave un futuro potencialmente legendario. Jones sigue siendo un depredador al que no se debe subestimar y Aspinall un león que aún está afilando sus garras.
Este tipo de decisiones y los dilemas estratégicos que conllevan pueden cambiar el panorama del UFC a lo grande. Una pelea mal programada no solo puede arruinar la trayectoria de un peleador prometedor como Aspinall, sino que también puede restarle emoción y credibilidad al espectáculo en general.
Entonces, ¿qué debería hacer la UFC? Du Plessis sugiere que se cocine a fuego lento, que Aspinall tome su tiempo, limpiando la división poco a poco. Enfrentarse a guerreros listos para la trinchera como Ciryl Gane o Sergey Pavlovich, que le permitirán medir su temple sin lanzarse directamente al fuego.
La cuerda está tensa, pero estrangular los tiempos podría contribuir a un futuro combate épico que realmente haga justicia al calibre de los luchadores. Mientras tanto, la comunidad del MMA seguirá debatiendo y esperando que las decisiones se alineen con lo que es mejor para el deporte en general.
¡Amigos del octágono, compartan sus opiniones! ¿Es Dricus Du Plessis sensato en su análisis o Aspinall debe ir ya por Jones? La mesa está abierta, y la pelea apenas comienza.