No vamos a endulzar esto: lo que pasó en la jaula el pasado sábado no fue un combate justo, fue un atraco. La pelea entre Tank Davis y Lamont Roach terminó con un empate mayoritario que tiene a todo el mundo del MMA echando chispas. ¿De verdad vieron la misma pelea que nosotros los jueces?
El evento tuvo lugar en el coliseo de las luces de Las Vegas, donde la expectativa estaba a flor de piel. Era una noche en la que los titanes debían decidir quién avanzaba en la brutal escalera de los rankings, pero la decisión dejó a muchos cuestionando la integridad del sistema.
Primero, hablemos de Tank Davis. Este tipo es un bulldog en la jaula, con una base sólida de striking que llega como martillazos al cráneo, y no teme ir al suelo si la situación lo exige. Davis entró a la jaula buscando desmantelar a Roach con su poderosa derecha, una herramienta que ha puesto a más de un oponente a dormir. Pero sus esfuerzos fueron infructuosos esta vez, no porque haya fallado, sino porque Roach logró absorber el daño como si fuera de goma.
Por otro lado, Lamont Roach no se iba a dejar intimidar. Este peleador tiene un arsenal de grappling que muchos envidiarían, su suelo es letal. Supo mantener la distancia y llevar a Davis al territorio que menos le gusta: el de las decisiones. Roach jugó sus cartas astutamente, limitando el explosivo ataque de Davis y abrazando su estrategia defensiva sin piedad.
Al sonar el último timbre, la audiencia esperaba un veredicto claro. Muchos vieron a Roach como el ganador táctico, otros daban crédito a los golpes significativos de Davis. Pero aquí es donde la jaula se convirtió en un circo. La pelea terminó en un empate mayoritario: dos jueces la marcaron igualada y uno más inclinó la balanza ligeramente hacia Davis. Una decisión que ha dejado a los fanáticos y a los propios peleadores echando humo.
Las reacciones no se hicieron esperar: “¡Esto es una mierda!” exclamó un indignado Davis frente al micrófono post-pelea. Roach, aunque sorprendido, mantuvo su temple: “Vine a pelear y eso hice, pero esto no es el resultado que esperaba.”
Este controversial desenlace ha dejado el ranking tambaleando. Ninguno de los dos peleadores obtiene el impulso necesario para avanzar, y el público sigue preguntándose cómo esto afecta sus futuras peleas. Para Davis, esto debería ser una llamada de atención para afinar su defensa contra el grappling. Roach, en cambio, puede aprender de esta experiencia para perfeccionar su striking y asegurarse de que la próxima vez sean sus puños o sumisiones los que hablen por él.
No cabe duda que este empate mayoritario tiene más de un aficionado y experto pidiendo una revisión del sistema de puntuación en el MMA. Un deporte donde se parte caras debe ser justo y preciso también en las decisiones. Mientras tanto, no nos queda más que esperar a la revancha. Porque, vamos, después de este embrollo, necesitamos ver quién realmente manda en la jaula.
Comparte tus opiniones sobre este resultado en la sección de comentarios. ¿Debería haber habido un claro ganador? ¿Es hora de una reforma arbitral en el MMA? Queremos saber cómo ves el futuro de estos guerreros y el deporte en general.