Jared Cannonier encendió el octágono de UFC Vegas 102 con un regreso digno de leyenda, metiendo una cachetada épica a su rival y recordando al mundo por qué no se puede dejar que un peleador resurja de sus cenizas. La noche del 14 de octubre de 2023, en el APEX de Las Vegas, el “Killa Gorilla” demostró que en el combate no hay resurrección imposible.
Cannonier, quien pisó la jaula con una misión clara pero no menos peligrosa contra un adversario que le plantó cara desde el inicio, se encontraba en una situación delicada desde el despliegue del primer asalto. Su rival lo mantenía a la defensiva con un juego de pies rápido y manos certeras, haciendo que Cannonier pareciera un espectador más dentro de su propio show. Pero para alguien que carga con ese apodo, dar un paso atrás nunca es opción.
Con estadísticas que lo colocaban como marginal favorito en las casas de apuestas antes del combate, Cannonier, quien posee un récord profesional que te resuena en el pecho como un tambor de guerra, sabía que tenía que cavar profundo. Su golpeo, brutal y clínico, ha mandado a dormir a más de uno y esa noche no iba a ser diferente.
Pero el camino fue un mar de incertidumbre. Su enemigo, un artista del striking que entraba y salía del rango con la habilidad de un ninja en el crepúsculo, presentó desafíos que habrían hecho dudar a cualquier otro. Sin embargo, Cannonier mantuvo su mente afilada, adaptando su estrategia sobre la marcha, como solo un veterano al filo del abismo puede hacerlo.
Llegado el momento, en el tercer round, Cannonier lanzó un misil tierra-aire en forma de crochet de derecha, directo al mentón del oponente. ¡Boom! Y como castillo de naipes, su enemigo se desmoronó sobre la lona. Fue un desenlace que dejó a los devotos del octágono con los ojos como platos y a los críticos sin palabras.
En las declaraciones post-pelea, Cannonier, con la respiración aún agitada y la adrenalina destilando victoria, elaboró sobre sus ajustes tácticos: “Sabía que era cuestión de una oportunidad. Mantuve mi compostura, esperé el momento, y cuando vi la abertura, pues, el resto es historia”. Frases que, encapsuladas, reflejan la confianza y preparación mental de un guerrero.
¿Y ahora qué sigue para el “Killa Gorilla”? Este triunfo le catapulta directo a la conversación por el top del ranking de peso mediano. Sus opciones se multiplican como los seguidores en redes: un nuevo enfrentamiento con alguno de los depredadores del top 5, o quién sabe, quizás otra oportunidad por el oro. Con cada oponente y pelea, Cannonier nos recuerda que en la jaula, el pasado no determina el futuro.
El resultado de UFC Vegas 102 es más que una simple anotación en la historia de los combates; es una declaración de que en el MMA, el espíritu incansable puede reescribir destinos. Con esto en mente, queda claro por qué el octágono es ese altar donde la valentía y el drama humano se unen. Y tú, ¿cómo viste este combate? ¿Es Jared Cannonier el próximo retador que derrumbará murallas? Déjalo en los comentarios y que comience el debate.